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Conocer Canet
 
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Los primeros habitantes de Canet de Mar se remontan a la época de los íberos, hacia el siglo II AC. De este tiempo nos quedan algunos silos y herramientas agrícolas para trabajar los campos de secano.

El periodo posterior está plenamente conectado a la época romana. En Canet se crearon centros de producción vinícola, que después exportaban su producto por toda la Mediterránea.  El centro más importante estaba situado por los alrededores de la Plaça Macià y tenia un horno para cocer las ánforas. También es posible que el Castell de Santa Florentina tenga vestigios de época romana.
L'interior de l'església parroquial és d'estil gòtic tardà
A partir del siglo III y hasta el siglo XI hay muy pocas informaciones históricas. Posiblemente, comenzó a aumentar el peligro por los ataques procedentes del Mediterráneo y la población se alejó hacia las laderas del Montnegre, lo que hoy día es Sant Iscle de Vallalta.

Durante el siglo XI se comienza a observar una cierta emigración hacia la costa. De este tiempo es la iglesia de Sant Pere de Romaguera, hoy desaparecida, y que estaba cerca del Castell. Hay indicios que muestran la creación de un pequeño núcleo de habitantes en los alrededores de esta pequeña iglesia.

Con el transcurso de los siglos, el pueblo fue creciendo y se tendió hacia la mar, aunque siempre se quiso evitar el peligro de los ataques marítimos. Una buena prueba de esto es la construcción de dos torres de vigía realizadas entre mediados del siglo XV y inicios del XVI. La torre más importante estaba situada en la plaça Macià, al lado de una mansión gótica. Mientras que la segunda torre estaba al principio del Torrent de Lledoners.

Con el fin de los ataques se empezó a construir la Iglesia Parroquial, de estilo gótico tardío, que se finalizó en 1591. En un principio la fachada de la iglesia no era esgrafiada ni tenía campanario, ya que estas modificaciones las recibió posteriormente.
A dins de la Masia Rocosa s'hi troba l'estudi de Domènech i Montaner
 El aumento demográfico experimentado durante aquel siglo provocó la definición urbanística de las primeras calles de Canet en los alrededores de la iglesia.

Y entremos en el tiempo del comercio de mar, en el siglo XVIII. Los canetenses comenzaron a comerciar con América y se exportaron productos como puntillas, vino y aguardiente. Muchas familias hicieron fortuna y eso repercutió en la mejora de la economía canetense. En el siglo XIX surgió la figura del americano, sucesora del navegante. Fue una de las soluciones al problema del trabajo en Canet, ya que en aquella época el pueblo pasaba por una crisis económica importante. Con el retorno de los americanos, Canet se transformó en un bonito escaparate de grandes edificios dónde cada familia exponía sus sueños vividos en las américas en forma de riquezas ornamentales en sus viviendas. Esta prosperidad aún se refleja en las casas de Vil.la Flora, Can Puxan o en el cementerio por ejemplo.

La llegada de los americanos permitió el crecimiento económico a través de la reconversión de los antiguos terrenos de secano en huerta y la introdución de la industria textil.
Es precisamente en estos momentos cuando aparece la figura de Lluís Doménech i Montaner (1849 -1923) en Canet de Mar. El arquitecto pasaba largas temporadas en la Masia Rocosa y en la casa Doménech. Fruto de esa estancia quedan el Ateneo (1885), la casa Roura (1889) y el castillo de Santa Florentina (1907).

El panteó Busquets mostra clares referències a l'estètica modernista
Además de Doménech i Montaner, el Modernismo arquitectónico estaba también presente a través de arquitectos como Josep Puig i Cadafalch, con el Restaurante del Santuario y la fábrica Carbonell Sussagna, Eduard Ferrés i Puig, con Vil.la Flora, la casa de Alsina Roig y el panteón de los Busquets; o Pere Doménech i Roura con la casa Floris o la fábrica de Isidro Jover i Cia.

Toda esta época de esplendor se truncó con el paso de la Guerra Civil (1936-1939). La guerra trajo una importante crisis económica y destruyó algunos monumentos muy importantes como la Iglesia Parroquial o el Santuario de la Misericordia, aunque afortunadamente se volvieron a construir.

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